jueves, 16 de marzo de 2017

terminando



Terminado el trabajo y rebajada la tensión, el cuerpo se desinfla y el cansancio acumulado avisa del peso de los días y de las horas y los aviones salen al encuentro como si este fuera inevitable para un hombre nómada, ausente del tiempo y de los espacios, que nunca se siente de un lugar pero puede ser feliz en cualquiera.

Estoy cansado pero satisfecho... ahora dormiré mejor.
Escuchaba esta música absorto y reposado en la cama al final de esta tarde, al acabar de trabajar, y yo que nunca pienso en el pasado, o casi nunca, me hizo venir muchas imágenes de muchas vidas pasadas y muchos tiempos que nunca volverán.

Un abrazo! Feliz viaje, largo y corto viaje!


domingo, 5 de marzo de 2017

La imperfección del tiempo



Hoy llegué a la provincia de Inhambane con mis colegas de trabajo mozambiqueños, después de seis horas de carro y el cansancio general, se siente aún más el calor tremendo. Las calles parecen difuntos escenarios de una ciudad parada en el tiempo. Aquí estuve en el 2009 por primera vez, y mientras paseaba recordaba estampas y fotos que tomé en aquella época y guardo en Tenerife. No ha cambiado absolutamente nada, la misma decadencia colonial, la mezcla india, musulmana y africana, tintes caribeños en esta África índica, las casas con colores medio derruidas y el mismo carácter ralentizado por el clima, algunas mezquitas y otros tantos viejos teatros portugueses, todo sigue absolutamente igual que hace 7-8 años.

Leo a veces por las noches, ahora y aquí algunas páginas de Confieso que he vivido o de Canto general,  ambas obras de Pablo Neruda (he puesto a la derecha del blog portadas de referencia). Me hace sentir bien y se aprende mucho de anécdotas e historia en general. En un apartado del primer libro, Neruda cuenta la anécdota de cuando encontró a Fidel por primera vez, en Caracas, o cuando conoció al Che en La Habana, el cual sólo llevaba en sus periplos bélicos un libro de aritmética y este último libro de Neruda de Canto General, el cual leía por las noches a los guerrilleros. Estremece. 

Abajo una foto de una revista que me gustó, nunca la había visto.


A medida que pasa el tiempo, eres más consciente de la imperfección del hombre. A medida que pasa el tiempo, tienes la capacidad de amar la imperfección.  


jueves, 2 de marzo de 2017

Bajo el mar



En Mozambique, provincia de Maputo, distrito de Magude, localidad de Timanguene.

Hay mucho que hacer y hay gente muy digna que sabe sonreír. Un par de años de “seca” los ha dejado sin prácticamente muchos excedentes y alimentos. Ahora con las lluvias, siendo una región semiárida y con la presión del contexto, propia de un sistema económico y social desigual que no voy a descifrar ahora, la población continúa pasándolo duro y no confían mucho en que cambie la situación, la resignación es grande, agradecen las visitas pero intuyo que las fuerzas flaquean.

En el camino al punto de encuentro veo algunos coches de organizaciones que luchan contra la Malaria, aquí en este país hubo grandes recursos y/o avances. Intento informarme cómo quedó la cosa pero tampoco sé mucho al respecto. No sé si sigue en el país un célebre investigador español, no recuerdo su nombre, pero puedo imaginar también que le habrán recortado el presupuesto. No tengo mucha información al respecto de la malaria, más allá de los indicadores del país, los cuales son malos.  

Mientras hablaba con la “Autoridad Tradicional” , el jefe de las tierras como aquí dicen, le preguntaba acerca de sus necesidades, la presión de otros actores de convivencia en la zona y la propiedad de las tierras, parte usurpadas. En cuanto tradujeron mi cuestión al shangana acerca de la propiedad de la tierra, miró a mi interlocutor riéndose ambos y luego mirando hacia mi, para decirle en su propia lengua: “la tierra, el dueño es Dios!”. Creyente o no creyente, no es lo más importante de esta frase.


Esta fue una pequeña lección que me dieron, otra más.

Me estoy acordando mucho de mi época en Angola, en la cual tuve mejores y peores momentos, donde aprendí mucho al fin y al cabo, y que siempre guardo con muy buenos recuerdos y aprendizajes. Una amiga del momento me mostró esta canción que ahora volví a escuchar: