martes, 30 de septiembre de 2014

Por la sombrita...Umbrella.

 
Es una semana particularmente intensa, el ritmo aumenta progresivamente desde hace un tiempo ya. Me gusta irme con André por la ciudad a hacer algunos recados, no siempre puedo ir, pero cuanto tengo tiempo lo disfruto. Vamos los dos adelante en el jeep observando las diferentes situaciones que se dan en la ciudad. Sacan en volandas a un ladrón de una tienda de teléfonos, asistimos al accidente repentino de un coche de la misión de UN o nos reímos con algún vendedor ambulante que nos hace un chiste. Pasamos por el estadio principal de Kinshasa, allí en la verde pelusa que bordea un riachuelo de podredumbre, destaca un lecho de hierba más seca en forma de litera enclavada en el talud, me dice André que cada mañana ve a un hombre durmiendo allí con una mosquitera, y luego se levanta y sigue la jornada, me parece alucinante cómo se puede dormir ahí, nos reímos, pero es más una tragicomedia que una risa verdadera.
Seguimos entonces por el barrio de los mártires, o así lo llamo yo porque el estadio se llama de los mártires - les martyrs- que toma nombre de la época del dictador Mobuto, porque en esas parcelas próximas al estadio decapitó a miles de opositores y enemigos políticos. Y cerca de allí entre desechos varios, caos y edificios a medio hacer o en ruina, se alza la estatua del primer ministro tras la independencia, Lumumba creo. Volviendo a Mobuto, recordamos cuando organizó la pelea entre Mohamed Alí et George Foreman en al antigua Zaire.
Las foto las tomé con el móvil mientras compraba unos pimientos picantes que me encantan a las “mamás” en los barrios periféricos durante una visita a las construcciones de los proyectos; en la gastronomía local destacan los gusanos negros crujientes, pescado seco salado, el fufú a base de mandioca o maíz, las hojas verdes que saben a espinaca pero no sé como se llama, los tomatitos, cebollitas, ajo-puerro, berenjenas, pimientos picantes, y la shikwanga claro, que son unas bolas fermentadas creo a base de mandioca y agua, y no están buenas. En cuanto al tema musical, no es que me haya vuelto loco de repente y me encante Rihanna, pero las mañanas escucho radio “nostalgique” en el jeep mientras me cabreo en el atasco, y muchas veces suena este tema que me pone a tono y voy canturreando como si supiera la letra y estuviera loco de contento por llegar a la oficina. 
Por lo demás, por ahora no me siento sólo, aunque paso mucho tiempo sólo, y esta es una batalla que ya gané por ahora y estoy orgulloso.
Feliz semana!



jueves, 25 de septiembre de 2014

Bon weekend!


 
Son las 6 de la mañana, me levanto como cada día. En un instante papaya y café brasileño, aún tengo el regusto del vino sudafricano y la boloñesa de la cena, dónde no dejamos de hablar de trabajo una colega de la Cruz Roja Francesa y yo, es una buena amiga y compañera por aquí y se le echará de menos ya que sale en breve del país. Esta semana ha ido bien, creo que tenemos un buen equipo y las cosas salen hacia adelante. Algunas reuniones interesantes me han dado ideas, alguna visita a terreno clarifica los objetivos y parece que todo tendrá continuidad en un futuro. Llevo algo más de un mes en Kinshasa, siento que me he adaptado bien, aunque sé también que no es el lugar ideal para mí en este momento, y que vendrán nuevas cosas en un futuro a medio plazo. Pero por ahora todo va correcto, el equipo y yo estamos motivados, y esto en desarrollo no siempre pasa. Ayer me han regalado esta estatua de madera de la foto, me gusta, y junto a la botella de vino de artística etiqueta no va tan mal. Además me organicé como organizo éstas palabras matutinas y el desayuno, y fui a nadar por fin otra vez, apenas 20 minutos intensos me han dejado un regusto a agujetas, pero al menos siento que el esqueleto y los hombros van recolocándose otra vez donde siempre, como si el calor y el descontrol en mis hábitos me hubieran encogido en las últimas semanas. Les deseo un bon weekend!
 
P.D.: Recordatorio a mi amigo Jonás, cuya tía ha fallecido en Tenerife hace días, y aún la recuerdo presente y sonriendo en el piso de la calle San Agustín cuando subía a buscar a mi amigo y nos reuníamos como pequeños hombres junto a otros pequeños hombres para salir a tomar los primeros whiskys clandestinos del frío lagunero. Salut!
 

domingo, 21 de septiembre de 2014

Correspondencia entre dos mundos, de Kinshasa a Las Palmas (I)

Hoy hemos pensado que debemos hacer algo conjuntamente, algún proyecto literario o cultural, algo que nos involucre a ambos y podamos crear conjuntamente, y quizás es el momento de aprovechar el huracán que nos separa en forma de mundo para “cartearnos” y dar nuestro punto de vista, desde Kinshasa, ciudad que me acoge en este período de mi vida, hasta Las Palmas, ciudad a la que tengo gran estima y cariño, y villa de origen y residencia de mi querido amigo Quique, la otra parte correspondiente de esta relación epistolar que se vislumbra pública en este blog, y también en el suyo:
Correspondencia entre dos mundos, de Kinshasa a Las Palmas (I):
Incluso en éstos tiempos, querido amigo, se echa de menos lo que no debiera echarse en falta, y aquel dolor que debiera suplantarse por color y hermosura, reaparece incluso en ésta tierra mojada por las nubes y el anhelo de tantos. Incluso en Kinshasa se escucha el saxofón que tanto gustas de practicar, el mar que rompe en la barra de Las Canteras y los recuerdos del café dónde el poeta Leopoldo María Panero, vecino de tu barrio y loco cuerdo y amado, debió imaginar y recitar entre labios, entre líneas y entre copas, aquello de “El caballo de hierro cruza ahora sin miedo, desiertos abrasados de silencio”. Silencios tengo muchos en este país de gente callada y sin voz, pero me pregunto, te pregunto, ¿Somos tan diferentes en las islas, en tu isla? ¿Sigue sin despertar el sentimiento solidario en la protesta por los derechos sociales y el bienestar común? ¿Sigue saliendo más gente al fútbol que a ponerle la cara roja a un mal gestor? ¿Somos diferentes a un pueblo sin voz ni voto? Un abrazo querido, y mantenme al hilo de la correspondencia entre mundos hermanos.


Réplica: Correspondencia entre dos mundos, de Las Palmas a Kinshasa (I):
Recibo tus letras virtuales como si de flores y abrazos se trataran. Alegran noticias de personas que trabajan por encontrar mundos mejores. Inspiran el corazón saber que están ahí. Mientras, aquí todo gira en torno a vidas tranquilas y ciudades cargadas de sueños de grandeza. A veces algún mandamás se pasa demasiado con el paisano y se montan pequeños alborotos sociales. Nunca suficientes como para que bajen la cabeza y tomen caminos ejemplarizantes.
 
Avergonzado desde mi confortable espacio, hecho una sentida mirada a tu África, acostumbrado como estamos a darle la espalda, de cuando en cuando oigo algo sobre la tierra del paquidermo. Sintonizamos noticias de las que nuestras conciencias y actos son enteramente culpables; hoy es el ébola, ayer el VIH, guerras civiles endémicas, y mañana…
 
Mañana: no significa nada si relativizo dos mundos tan cercanos y tan diferentes. Tu teclado me fotografió el concepto del fin de la vida en Kinshasa. Por voz de Daniel -médico sin frontera hace unos años en la República Centroafricana-, primo y amigo común, ya supe de esta cotidianeidad obligada de un acto tan tabú en occidente. Supongo que nunca la muerte está tan viva como en África. No hay otra.
Aquí, entre tantos vaivenes, trato de subastar mi cabeza al que mejor dibuje el futuro. A pesar de todo, siempre esperanzado. Espero referéndum por el petróleo y el dictamen sobre la vida de Canarias.

A veces brindo en compañía, y otras paseo en mi negra bici por una ciudad que mira hacia el mar. Al Atlántico que unas millas más atrás del horizonte se adentra en la tierra en la que te encuentras. Intuyo te aclimatas con suavidad al entorno.

Abrazos con coordenadas, amigo.

PD: El saxo coge mugre.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

La cuesta de la semana


En África con frecuencia se habla con naturalidad de la muerte, casi sin lágrimas ni llantos, mirando a otro lugar como si fuera a aparecer otra dimensión a la cual viajan los muertos. Ayer Faustin, mi jefe de proyectos local, me ha pedido el día libre y parte de la mañana, se ha muerto su hermano atropellado por un jeep en una mala jugada del azar, un accidente de tráfico terrible, hay cientos en Kinshasa. Son quince hermanos de diferente madre, no parece muy afectado y no sé muy bien como reaccionar, obvio que está bien que se tome el día libre.
Tengo una conocida en Goma, cerca de la frontera con Uganda y Ruanda, es un contacto que me dieron en Canarias cuando supe que vendría al Congo, no la conozco aún más que por teléfono, pero me decía algo muy interesante de cómo te puedes sentir en este país: “uno no sabe si está bien o está mal, sólo que está”. Y es que ante la pregunta de si estaba contento y cómo estaba, no sabía que responder en ese momento dado, ni ahora, no sé como me siento, sólo sé que estoy aquí, y que la vida continúa.  
Y la semana también, bla, bla, bla…
Besos y abrazos,
P.D.: nunca coloco fotos mías, aquí va una en la cantina hace unos días en la ciudad. Porqué no!

domingo, 14 de septiembre de 2014

Domingo

 
Una buena amiga me comenta que ha pasado unos días triste sin saber porqué, llorando sin saber a qué, y removiendo su interior para dejar hueco a la esperanza. Lleva días de bruscos movimientos internos, los puedo imaginar, la puedo imaginar. Le caen lágrimas a la mañana y luego despierta para volver a ser ella, sonriente, alegre y radiante. Ahora que soy yo el que está más fuerte y seguro, le invito a ella a estar más cerca del camino y tomar las riendas, no conozco muchas personas como ella, es una de las mejores que conozco y más personales en su manera de ver las cosas. Un pura sangre.
Si estuviera más cerca tomaríamos un café, unos nachos tal vez, y hablaríamos largo y tendido en cualquier lugar del sur, cerca del sol, y nos desahogaríamos mutuamente sobre amores y desamores, luchas ganadas y perdidas, batallas internas, y esperanzas y sueños. A veces nos basta con una bocanada de aire para cambiar la perspectiva, el chip que supla a la tristeza. No conozco muchas personas tan generosas y libres a la vez, espero que pronto se recupere y esté al cien por cien, lo logrará. Por ella y los que la rodean, valor al alza.
Es un domingo casero, me gusta mi casa en Kinshasa. Es un apartamento de una habitación, cocina y salón, y balcón, pero todo está en madera y cada cosa a un nivel de altura, como si fueras bajando los camarotes de un barco, por lo tanto estoy todo el día subiendo y bajando escaleras desde mi habitación/baño, hacia la cocina o la sala de estar, todo libre y espaciado, una construcción muy rara, pero me va. Y en frente una cristalera que muestra la colina del barrio y me sitúa en la realidad del territorio.
Buena semana a todos!


martes, 9 de septiembre de 2014

Aviones de papel



Hoy estoy cansado, los días de oficina y ordenador se hacen a veces largos. No he comido bien y para colmo se me ha ocurrido salir a correr después del trabajo cerca del río, en una zona segura de embajadas. Empecé fuerte y sorprendí al personal, pero a los 20 minutos me dolía la cabeza y el estómago, duré 3 minutos más.  En un paso de seguridad lleno de policías pasé por el medio en vez de por un lado del control y me pararon, un pequeño hombre con aires valientes y ganas de mostrarse ante los otros me indicó a 15 cm de la cara que no se volviera a repetir, simplemente me puse las manos en la espalda de manera poco agresiva y le comenté también al oído dulcemente, calme toi, c´est pas grave mon frère , y continué mi marcha, estoy acostumbrado a los polis africanos pero aquí es la primera llamada de atención que tengo. No le di importancia.
 
Estoy algo más cansado, pero tengo más ilusión y actividad, creo que estoy contento. Siento que puedo alcanzar algunos sueños y me dan ganas de luchar por ellos, la canción que pone banda sonora a estas primeras semanas aquí es esta de “Paper planes” de M.I.A., la escuchamos y bailamos en casas y ríos. Me gusta y me da energía! Y aunque suene mal, imitamos los disparos y hacemos que cargamos balas justo en el momento de la canción adecuado, sin ninguna pretensión, sólo por diversión ingenua, gente tranquila en Kinshasa, serenos y calmos.

Buen descanso, necesario.
Bns noches.

"Vuelo como el papel,
me elevo como los aviones,… nananana
Si me atrapas en la frontera
tengo visados con mi nombre, nananan…”

 

domingo, 7 de septiembre de 2014

Mosquitos


 
Ayer hicimos noche en Maluku, a las afueras de Kinshasa, a unos 60-80 km calculo, quizás más; lo pasamos muy bien, las condiciones que tenemos son muy buenas teniendo en cuenta el lugar, no nos podemos quejar, no nos falta de nada aquí. Ahora vengo de entrar en la ciudad, es un caos, se nota el comienzo de las escuelas, el curso normal tras el verano, y algo que no sé explicar aún, pero ha aumentado mucho el tráfico y el movimiento, desesperas.
El cielo en Kinshasa es siempre gris, vivimos bajo un halo constante de nebulosa y paranoia, la estación húmeda de lluvias ha comenzado también y la sensación de calor aumenta también con la humedad. En esta foto se divisa el río Congo, pudimos dar un paseo en piragua con un local, a esta altura no hay cocodrilos ni hipopótamos, éstos se encuentran más arriba remontando el río, en la provincia de Equateur cerca de la frontera norte, donde se están localizando los casos de Ébola y se trasladan ahora mismo fondos internacionales de ayuda en emergencia.
Anoche dormí al aire libre, a 5 metros del río en una terraza de madera, en la casa que alquilamos hacía mucho calor y además no me apetecía andar hasta allí después de tanto baile con amarula! Fitetú! Usé toallas para protegerme un poco de los insectos, y el fresco era muy agradable. Entre las picaduras de mosquitos y bichos que no conozco, y algunas pulgas que debe haber por algún sofá que me senté últimamente, tengo el cuerpo matado a picaduras jeje.
La tierra que está enfrente del río, en la foto, es otro país, otro Congo cuya capital es Brazaville, y se divisa desde Kinshasa tan cerca que parece posible cruzar a nado. Por lo visto es muy fácil ir en barco, pagando el visado por 300 dólares, y dicen que es una ciudad mucho más tranquila, barata y amigable, ¿será porque no poseen tantos minerales, tantos recursos atrayentes al mundo, y tanto teatro humanitario y de cascos azules? Dejo en el aire la pregunta.
Les deseo buena semana, tengo algunas noticias interesantes que no sé si cuajarán en las próximas semanas, iremos contando, un abrazo fuerte!