domingo, 15 de junio de 2014

Cruzando el río

Cruzaba hace días parte del Atlántico y anotaba: El vaivén me devuelve a los orígenes. Como un eco, escucho la voz de algún tripulante que imagino profesor de ajedrez rodeado de niños: “necesitamos gente sensible que esté dispuesta a escuchar”. El viejo a mi lado no tiene voz, sólo una mirada perdida en el azul cristal. Le acompaña su hija y quizás su yerno, parece desolado, derrotado, perdido… deduzco que se enfrenta a una enfermedad y siente el fin de cerca. Saluda a su nieto por teléfono, los ojos le brillan. Una joven – y a su vez vieja- pareja de amigos me llama la atención. Uno es negro y muy alto, el otro blanco y de estatura mediana o baja, parece que se complementan. Despiden navegando a la isla redonda, en la barandilla parecen dispuestos a recibir la aventura con los brazos abiertos y con una sonrisa eterna en sus rostros,  casi perenne. Me transmiten paz y compañerismo.


La vida  continúa... y releo “El antropólogo inocente”, que ya leí en otro lugar, qué buen libro… queé gran aventura, y qué divertido!  

martes, 3 de junio de 2014

Felicidades



Hoy es un gran día, miembros fundadores del “bang bang club”  van a tener gemelos, jeje. Es una muestra de valentía más en estos tiempos en los que parece que hemos de caminar sobre seguro, mirando quien es el dueño de nuestro destino no vaya a ser que nos equivoquemos. Al carajo.
Un día del 2009 llegaba a Angola verde y tierno, inocente. Recuerdo como atravesaba Luanda en jeep para dar con Unay en calzoncillos, y seguramente algo de resaca. Ahí comenzó una gran aventura que ya cuenta con 5 años y nos ha llevado por diversos países, y en la cual supongo continuamos inmersos, todo está por llegar aún, hasta el fin.  Aquel primer día visitamos el teatro Elinga y comprendí sin comprender dónde me metía. Ahí viví todas las aventuras, amores y noches posibles en Angola, más tarde vendría la convivencia en casa, las mil y una conversaciones. Y luego los caminos marcados.
Lloré muchas veces en Angola, pero sin duda, el día que más lloré fue cuando ellos se marcharon y me quedé allí como un huérfano, vaya tiempos! Nos vemos a menudo, y ahora todo es posible, por eso hoy no me ha sorprendido tanto la noticia, sin embargo ahora empiezo a reaccionar: serán unos padres de alto nivel, de altos vuelos. 
Felicitações! Abraços