Place de La Canourgue

Place de La Canourgue

Rue Sainte Croix, ellas pasean con cajitas de pimientos saboreando e imaginando el antipasto de la cena y ellos, sofisticados “Ray Ban wayfarer” de sombrero antiguo, llevan cañas de pescar como quien lleva el periódico “recién hecho” del domingo.

El viejo centro histórico de Montpellier huele a sorpresa, a cada esquina y cada paso, los mapas mienten. Sabe a desamores y a mediterráneo, a romero de las macetas y al viento de la ribera. El sol se cuela por las ramas, esta plaza ha sido la nostalgia en otoño y el aguacero en primavera, y es ahora mismo mi plaza.

La camarera de la terraza desde la que observo me dice que estoy hablando muy bien, no la creo! Yo también quisiera ser camarero en esta plaza.

aquí estoy...

En el final del día entra el aire por mi ventana, se escuchan los grillos y demás insectos tan fuertes con el crepúsculo, que si no supiera muy bien donde me he metido, podría pensar que este país en el que estoy se encuentra por debajo del ecuador.

Entre “la matin et l´aprés-midi”, camino por las calles francesas “sin compañía”, con el recuerdo de los que no están en este mismo instante pero con los ojos abiertos para no perderme, entre raíles y “petit cafés”, con el Magreb presente y la África subsahariana siempre pendiente, a las puertas del sur.

En contra de lo que en general podía pensar, la gente resulta amable, de buen carácter y dada a cualquier pregunta que le haga en un paupérrimo francés, idioma que se ha convertido en todo un reto para el próximo año.

No puedo todavía escribir nada “que me llame y que les llame” de esta ciudad, llegué ayer, no he fijado mi atención hasta ahora como debiera para servir de guía, pero ya saldrán historias, entre “petit” comité”.

Por ahora un cambio de look, un nuevo libro para este blog que empiezo a leer ahora mismo, Le Bizarre Incident du Chien pendant la nuit (El extraño incidente del perro durante la noche).

Abrazos!

jaime

Bon jour

Tomo una bocanada nueva de aire como quien abre una ventana, como quien inicia una pisada. Después de cerrar el blog tras mi última vuelta de Angola a finales de Abril, es hora de retomar algunas palabras pendientes. En una semana justa comienzo un viaje a Montpellier, Francia, un nuevo año para mí, un nuevo idioma y personas que aparecerán a lo largo del trayecto.

No puedo evitar cierto nerviosismo, este tipo de cosquillas no creo que desaparezcan nunca previas a los cambios vitales. Me dejará el Atlántico y me faltarán las calles, pero allí estoy, más cerca que nunca.

Alguna deuda tengo con las romerías, ellas me reciben y me despiden de esta isla. Este Domingo San Benito Abad en La Laguna, o San Vinito, como advierten por ahí.

Ya está, nos veremos pronto.

Jaime

P.D.: Que contraste con las anteriores entradas y fotos.

p.p.d.: foto de Nicolas Perriault