lunes, 6 de diciembre de 2010

.......ummm.......

Enfrente de casa, en Huambo, hay una niña que es mi vecina, no tiene más de 2 ó 3 años y no alcanza el medio metro de altura. Lleva trencitas con adornos de colores y siempre está revoloteando como las mariposas, entre las flores de su jardín y la hierba de mi terraza, sin cruzar nunca la calle que nos separa sin la mano de uno de sus “hermanillos” mayores. Cuando salgo del escritorio a la terraza me reclama y se esconde, así una y otra vez hasta que le presto la debida atención.

Hoy a dado un paso importante mi pequeña amiga, mientras andaba hablando por teléfono con un amigo de Luanda, me he sentado en el muro de su casa un poco sin pensar en nada ni en nadie, y de repente ha venido como un vendaval a sentarse entre mis rodillas, sin ningún tipo de miedo ni complejo, de la manera que sólo lo hacen los niños, mitad valientes y mitad ingenuos.

Este fin de semana ha sabido a aventura, mucho jeep, lluvia y barro, una noche en una antigua hacienda de cafetales y bananos salvajes, entre piedras negras, ranas y amigos. Aire puro y vida para esta semana en Huambo, y vuelta a Luanda. La semana que viene estoy ya en Madrid, el tiempo aquí es tan relativo que las agujas se ponen en huelga y las horas van a marchas forzadas, a todo gas dando vueltas y más vueltas hasta que en el momento más inesperado, volvemos por Navidad.

Nos vemos!